Reproducimos
a continuación, en homenaje a José Luis Mangieri (1924-2008), poeta y editor, una carta que
le escribió Miguel Praino. José Luis Mangieri fue, en la trayectoria
del Cuarteto Cedrón, un gran amigo, y algo en vía de extinción: un auténtico,
un imprescindible interlocutor.
***
Querido José Luis:
Hace unos días estaba en mi casa leyendo
Página/12 por Internet, cuando de repente llegaron mis nietos. Venían a
quedarse unos días, aprovechando unas de las frecuentes vacaciones escolares
vigentes. Luego de los besos y chascarrillos habituales se hipnotizaron con la
pantalla del ordenador y como estaba sobre Página/12 se avivaron que era en
castellano. Lucy y yo les hablamos y les enseñamos bastante el castellano, así
que comenzamos un juego consistente en que me lean los títulos de los sucesivos
artículos, con las consiguientes preguntas de qué quiere decir tal cosa o tal
otra. En un cambio de artículo me encuentro con tu foto y la información de que
ese día te declaraban Ciudadano Ilustre. Me salió un espontáneo “huy... qué
lindo... este es un amigo mío...” Mi nieta Lola (7) preguntó “quoi, nono?”. Les
comencé a explicar que te conocía desde hacía mucho, desde 1963 o 64, a través del Tata, desde
el comienzo del Cuarteto, en esa época trío; que la primera vez que había
invitado a salir a la nona (Lucy) conmigo fue a una presentación de no sé cual
de los libros de Juan, organizada por vos, en la que estaba también Julio
Huasi, y creo que el Paco Urondo. De lo que estoy seguro es que se hizo en la
antigua librería de Abel Langer, a la vuelta de Filosofía. También les conté
que estabas en el comienzo del café-concert Gotán, con aquel fantasma, el barba
Dupuy que tenía una novia librera en la galería en la que estaba el Cine Arte.
- “¿Y qué hace tu amigo?”, me preguntó
Arthur (7), el mellizo de Lola.
- Edita libros le dije, y les hice ver el
estante de la biblioteca donde tengo los casi 40 libros de poesía que me
mandaste una vez, no sé si por mi hijo o por Marcelo Céspedes.
- “¿Y qué es editar, nono...?”, me
pregunta Antoine (8), el grande.
- Bueno, cuando alguien escribe un libro,
lo puede hacer a mano con un lápiz sobre un cuaderno, o sobre el ordenador. Como
el que hace eso tiene necesidad de hacerlo, lo hace, lo escribe. Pero después,
hay que convertirlo en objeto, hay que darle una forma, elegir el tipo de
letra, ilustrarlo si es necesario, hay que hacerlo fabricar, distribuirlo en
las librerías para que los que quieran leerlo lo puedan encontrar, porque el
que escribe un libro lo hace también para que los demás lo lean.
- “¿Y por eso tu amigo sale en el
diario?”
- Yyy... sí... no sólo por eso... Porque
por ese trabajo que hace logró que mucha gente leyera lo que los escritores
escriben. Y porque siempre se portó bien.
- “¿Y si nosotros nos portamos bien
también vamos a estar en el diario?”
- Yyyy... sí... aunque también se puede
aparecer en el diario porque uno se porta mal.
-“Entonces es lo mismo si nos portamos
bien o mal, podemos salir en el diario”.
- ¡No! ¡No es lo mismo...! Ufa... ¡es más
complicado que eso...! Miren, en realidad mi amigo salió en el diario porque le
van a dar un premio...
- “Entonces se portó bien...”
- Y... según para quién... Mi amigo
además de editar los libros, hacía actividades que son para la comunidad, eso
se llama política. Consiste en estudiar, pensar y discutir con otras personas
para encontrar ideas sobre lo que es mejor para la mayor parte de la gente,
para que las personas sean mejores, más buenas, para que les vaya mejor, para
que puedan tener las cosas necesarias para ellas y sus hijos. Pero eso que hace
mi amigo, en otra época –cuando nosotros vinimos a Francia con la mamá, el tío
y la nona– era portarse mal para los que mandaban. Y ahora, los que mandan, que
son mejores que los de antes, consideran que lo que hace mi amigo es portarse,
no bien, sino muy bien...
- “Y ¿qué premio le dan a tu amigo?”
- Lo reconocen como Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
- “Nono, ¿qué quiere decir ciudadano
ilustre?”
- Y... que sin mi amigo la Ciudad sería diferente...
le faltaría mi amigo...
Miguelito Praino (los diálogos son
“rigurosamente ciertos”)
* Esta
carta fue publicada en el periódico dirigido por Mario Bellocchio, Desde Boedo, número de diciembre de
2008. Algunos extractos fueron también publicados en la revista Ñ del diario
Clarín (sábado 22 de noviembre de 2008). También fue reproducida en Cuarteto Cedrón. Tango y Quimera,
Corregidor.
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