Obra de Roberto Cedrón

Obra de Roberto Cedrón
Obra de Roberto Cedrón

domingo, 14 de junio de 2020

Caminos con Alberto


Pequeño preámbulo


Una gran ventana con vista al mar. Sol de verano en Portugal. Una mesa hospitalaria. Una alternancia permanente de intercambios y risas vivificantes. Sabores, aromas y colores : amistad desbordante en la espontaneidad y la frescura.

Cuántos tiempos y lugares asoman o estallan en relatos y en anécdotas.

Itinerarios y aventuras, ¡derroteros y andanzas de creadores!

Cada referencia – frase, palabra, verso o imagen – conduce a una miríada de objetos enriquecedores. Cada historia personal, sus presencias y latencias, cada relato, rezuman tantos lazos y rizomas, tantas raíces y frondosidades que todo deviene resonancia de mundo y de vida.

 

Primer Movimiento


Y miramos el oleaje y el brillo cambiante de las rocas… Y nos aproximamos al horno de cerámica. Un extraño ser gigante y tentacular del que nacen personajes de historia y de epopeya. Fragmentos polícromos de un mural que cuenta historias de imperios y navegantes, de cartógrafos y armadores, de héroes y de aventureros… De caballerías, lanzas y armaduras.

El autor exultante. Trabajo y sobre todo pasión. Yo siento (hoy, todavía), bajo aquel sol radiante de un mediodía de pleno verano, un sorprendente escalofrío. Oigo la risa franca de Alberto que me invita a conversar sobre la historia marítima de Portugal.

Embarcamos con Vasco da Gama. Entre brumas, tempestades y Especierías, en medio de alientos místicos y vahos pestilentes, empujados a babor y a estribor por predicadores y traficantes. Horizontes de ambición, de poder. Misión y escatología. Alucinados por los acentos épicos de Camoens y sus Lusíadas. De todas maneras” “la historia- versión- Alberto” ya estaba escribiéndose en el mural de la Isla Madeira. . .

 

Segundo Movimiento


Como de aguas hablamos y de pescas y pescadores y de ríos epónimos, llegamos al valle del río Cedrón. Nos embarcamos ahora en memorias bíblicas, arqueológicas y de descubrimientos: el segundo Libro de los Reyes que elogia los trabajos de canalización, la fortaleza conquistada por David cuyo límite Este era el valle del Cedrón… Entre otras cosas.

 

Tercer Movimiento


Una mañana parisina fría, nevada y con viento fuerte… Una renguera pertinaz molesta bastante al amigo. ¿Vas a ir con este tiempo y con ese dolor, ida y vuelta en colectivo, a Ámsterdam?

Allí estaban y no les podía fallar, sus hermanos Van Gogh y Rembrandt. Por Van Gogh yo le dije: “podés ir a Auvers-sur Oise. Está cerca de mi casa”. Nada puede atenuar un deseo de ir a ver más y más… En aquel momento su focal estaba concentrada en los autorretratos de Rembrandt. “Se pintó más de 90”, repetía.” El último, el año en que se murió”. Tiempo después del viaje, recibí por correo este dibujo.

 

Cuarto Movimiento y Final


Tengo su risa en mis recuerdos. Le resultaban atractivos y curiosos los títulos de mis libros de lectura de la escuela primaria : “Alegría”, “Optimismo”. Lo divertía intensamente el texto de una lección que proponía una serie de palabras simples para ejercitar la lectura : “ojo”, “ala” , “pala”… Y muy particularmente la escena de una tarde lluviosa en la campaña cuya frase final pregonaba : “qué linda siesta si no viene nadie” ¡Parece innecesario agregar que él se permitía establecer una relación jocosamente interpretativa de las dos proposiciones mencionadas!

Podría seguirla. Teléfono y correo nos unieron un buen tiempo. No nos vimos mucho pero nos encontramos, para siempre, en esos caminos que se cruzan. Esos caminos y esos días compartidos no son como los otros. Son excepcionales. Para siempre.
    
Sartrouville, junio del 2020.   
   

 Glauco Daniel Cabrera

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