Hace algunas semanas, en un
encuentro en la calle, no en la
Verdulería sino en otra esquina, allá por el lado de
Saavedra, un muchacho se acercó a Tata que había ido a tocar, como a menudo a
la intemperie y le dijo algo así como: “¡Tata! ¿Vos sabés que los veteranos
también te conocen?” Tata todavía se está riendo pero con ternura. Porque,
bueno, él se siente veterano. Que la juventud haya descubierto la música de
Tata en el año 2004, cuando él regresó a la Argentina, es un hecho
de la causa. Algunos lo hicieron antes, gracias a padres y/o abuelos. Otros han
ido remontando el camino de a poco. El camino que lleva a su persona. Es bueno
siempre recordar una idea que Tata ha explicitado muchas veces y que para los
Cedronianos recibidos, titulados, profesionales, ya es una evidencia… Es ésta:
a Tata no le gusta tocar solo. Podría haberlo hecho, podría haber elegido ese
camino de solista. Pero no lo hizo. En este espacio se ha hecho muy
especialmente hincapié en el hecho de que el Cuarteto existe. Y que no es lo
mismo que toque o que no toque. El Profesor, Miguel Praino, también se ha
expresado otras tantas veces sobre el tema. Por haber tenido la suerte de
escuchar al Cuarteto en París a veces me da algo de envidia. ¿Por qué los
franceses entendieron lo que acá todavía no terminamos de captar? Lo importante
que es lograr la reunión de esos cuatro, escuchar ese sonido especial que emana
de los cuatro, aunque no siempre hayan sido exactamente los mismos. En estos días
Tata se está presentando sin el Cuarteto pero siempre acompañado. Bien acompañado, generosa y
talentosamente acompañado por jóvenes músicos argentinos. No hay que perdérselos.
No hay que pasar de largo. Esta noche era con Paso Sulky. Mañana y el próximo
martes con Roger Helou y músicos invitados (revisar Agenda). Hay que ir. En la medida de lo
posible hay que ir. Difúndanlo. Música también quiere decir Encuentro. Eso es
lo que no hay que perderse. LP.
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