Obra de Roberto Cedrón

Obra de Roberto Cedrón
Obra de Roberto Cedrón

jueves, 28 de agosto de 2014

Dos fechas más en Hasta Trilce - Las últimas del Puchero

A pedido del público, se prolonga el Puchero. La cita es en Hasta Trilce, Maza 177, 21.00 horas. Miércoles 3 y 10 de septiembre.

Estén atentos a las otras fechas, ver más abajo en la página.

lunes, 25 de agosto de 2014

Por prepotencia de cariño



 Por alguna razón necesité releer “Cuarteto Cedrón, Tango y quimera”, volver a sus páginas luminosas para seguir comprendiendo tantas cosas que allí se rescatan, como dice su autora Antonia García Castro, “por prepotencia de cariño”. La misma ternura con la que Juan “Tata” Cedrón recuerda una escena de fines de los años ´60: “Cuando me puse a hacer cosas de Tuñón se las llevaba al diario Clarín, donde trabajaba solo, a la mañana. Le acerqué un día “Los ladrones”, se lo hice escuchar y a Raúl se le caían las lágrimas y me decía: “Si viviera el malevo Muñoz”.” Uno lee estas preciosas líneas y se cuestiona cómo es que tamaña maravilla aún no ha sido llevada al cine.

Preguntas embromadas como ésta también encuentran respuestas adecuadas en los testimonios reunidos en el libro: “A riesgo de parecer negativo –dice “el Profe” Miguel Praino–, yo diría que el creador no tiene lugar en esta sociedad. Esta sociedad no nos necesita, o para decirlo mejor, nos necesita, pero ya no sabe que nos necesita. Dejó de saber que hacen falta otras miradas sobre las cosas, no lo siente necesario, tiene sed y no recuerda que para la sed está el agua fresca”. Este es, si se me permite la osadía, uno de los hilos conductores del relato: ¿cómo es que en nuestro país se produjo la ruptura de su continuidad cultural? Y, más importante aún, ¿cómo reparar ese quiebre? Habla el Tata: “Y en el 60 mi planteo fue decir, bueno, había una música popular que era fiel a sus orígenes, como el folklore que tenía a Los Chalchaleros, Falú, Castilla, Leguizamón, Salgán, Pugliese, todos. Yupanqui. Esa cultura se rompió un poco porque no había más difusión, porque la televisión ya había llegado. Entonces, mi planteo fue: “hay que hacer música de nosotros” (…) Tenemos una cultura extraordinaria y hay que soldar los eslabones que se rompieron, de la historia cultural, me propuse. Hice, entonces, Celedonio Flores, Manzi. ¿Qué quiere decir? Que yo consideraba en esa época que había un hueco cultural, político, económico”.

Ese “hueco” fue como un espeso manto de silencio que cayó sobre el país que los integrantes del Cuarteto vivieron y sintieron cuando niños: “Yo nací en el año 39 –cuenta Juan–. Viví la época del peronismo glorioso. Toda mi niñez, desde los seis años hasta que cayó Perón, fui a la escuela, jugaba, hacía deportes. Fue una época muy floreciente de la Argentina. Algunos pueden discutir muchas cosas, yo no (…) Con la caída de Perón, en mi adolescencia vi a los ricos del barrio y a los reaccionarios salir a la calle a festejar. Y eso me tocó mucho”. Ese mundo caído en desgracia fue, también, un mundo sonoro perdido: “Cuando éramos chicos –rememora Miguel–, nosotros estábamos rodeados de sonidos muy diferentes a los de ahora. Por la ventana de tu casa escuchabas la lavandería de enfrente, el taller mecánico, el fondo no era un ruido de tránsito. Uno de esos sonidos, muy presente, era el tango. Todo eso formaba un coro. Por algo Manzi hablaba del coro de muchachas vestidas de percal: es el coro de la tragedia griega, el coro del pueblo. Humildemente, con el Cuarteto Cedrón pretendemos formar parte del coro, y transmitir aquel sonido con el que crecimos”.

Claro que semejante empresa no la hicieron solos: “Después, ya de muchachos jóvenes, a través de las lecturas, los amigos más grandes que “ya sabían”, la calle, las discusiones, el tango que siempre nos acompañó y algún maestro, se nos revelaron: Roberto Arlt, la política, el amor posible (ese misterio, con su angustia dolorosa), la “poesía cruel”, que a esa edad se resuelve pintando con rabia, o en música, en un poema o a trompadas… En ese se nos apareció Raúl (González Tuñón). No fue el único, pero a través de su poesía primero, y más tarde en su amistosa y entrañable frecuentación, pudimos fijar la memoria de lo ya vivido y de lo intuido en la infancia. Su poesía representa para Juan un material delicado y fuerte con el que compuso algunas de nuestras canciones más queridas: siempre las interpretamos con una emoción muy particular. Porque su generosidad nos permitió compartir emociones, personajes e historias con sus aromas, sabores, colores, amores y musiquitas; hicimos nuestros un poco de nostalgia, una cierta melancolía, una esperanza cierta, y sobre todo el asombro, el asombro…”.

El trabajo de Antonia, además de bello, además de necesario, tiene la notable virtud de ir acoplando con suma delicadeza los elementos de este ensamble entre poesía, emoción y música, y sin perder jamás ese asombro del que habla Miguel. Dice en una de sus partes: “Como la mayoría de las artes, todas quizás, la música involucra cuerpos enteros. Los cuerpos enteros de los músicos y de quienes escuchan en un lugar determinado. De un lado y otro de la línea invisible que separa músicos y público, la música involucra además cosas impalpables. Recuerdos. Tal vez deseos. Tal vez sueños no cumplidos. ¿Qué es lo que hace que uno se acuerde de una canción? O ¿qué es lo que hace que una canción conmueva? A lo mejor, el sentirse parte. La extraña sensación de que esa música, ese sonido, o una letra, una simple palabra, un ademán, un gesto, tienen que ver con uno y que, por eso mismo, no estamos nunca absolutamente solos”. Ya sea por esta cualidad de la canción, o sea por la fraternidad ampliada de los hermanos Cedrón y sus muchos amigos, el hecho es que Tango y quimera” es un libro multitudinario donde cada uno de los nombres que hicieron parte del devenir del Cuarteto tiene cabida junto con su particular mirada.

Justamente por ello, como plantea Antonia, “el Cuarteto Cedrón cristaliza en su obra una época, una generación. Expresa, más precisamente, un momento cultural de la Argentina. Y su historia es, en parte, Historia con mayúscula. Los sucesos, los acontecimientos que toman lugar en un país, en determinados momentos, no flotan en el espacio: involucran gente, les pasan a alguien, perturban vidas, cambian destinos, generan ideas, posturas, acciones”. Es de una gran valentía afirmar algo así en medio de una época que descree del poder del arte. Sin embargo, “la creación musical del Cuarteto, que suena para la época tan moderna (…), lo sigue siendo para la nuestra”. Y agrega el músico Roger Helou: “Tuve la suerte de trabajar como “piano invitado-sumado-agregado (?)” con el Cuarteto, y compartir tanta historia, tantas anécdotas, e impregnarme de legítima cultura argentina… el eslabón que nos falta a los jóvenes”. O sea: el eslabón quebrado “de la historia cultural” que el Tata se proponía soldar.

Entonces, sólo falta “el coro”. Y una nota del periodista Gabriel Plaza lo resume magistralmente: “Hacia el final del concierto, los estrenos de varios temas marcaron lo mejor de la noche (…) Pero la obra que sacudió al público fue la musicalización de un poema inédito de Homero Manzi llamado “Palabras sin importancia”. Ese estreno permitió revivir los tiempos en que se asistía al alumbramiento de temas con categoría de clásicos del autor de “Sur”. El tema de Manzi con música de Cedrón es auténtico tangazo, que responde a esa raza de canciones que podrían formar en el futuro parte de la memoria colectiva. “En el 40, cuando estábamos mal, la música popular nos vino a salvar”, dijo Manzi. “Ahora es igual”, afirmó el cantor. La gente pidió un bis del tema y se fue silbando la canción a su casa. El “Tata” Cedrón volvió a ser memoria, presente y futuro del tango”.

De mi parte, nada que agregar. Salvo que usted, amigo lector, amigo músico, amigo oyente, no debería quedarse tan sólo con estos fragmentos escogidos. Acérquese a “Tango y quimera” y déjese fascinar por cada uno de sus textos. A lo mejor, casi seguro le diría, usted también se encuentra en ellos.

Carlos Semorile


jueves, 21 de agosto de 2014

Arquitecto Osvaldo Cedrón (documental)

Cedronianos: los invitamos a ver un documental-homenaje dedicado a la figura y a la obra del arquitecto "Cholo" Cedrón, "el mejor de los albañiles"...

miércoles, 6 de agosto de 2014

Cedronianos: tenemos cita ! Fechas de agosto, septiembre y octubre

No todas las fechas figuran con la misma precisión, iremos completando en le medida de nuestras posibilidades.

Se recuerda que el Ciclo El Puchero Misterioso sigue a lo largo de agosto en Hasta Trilce, Maza 177, los miércoles, a las 21.00.

Acá otras fechas con Puchero (C.P:)  y sin Puchero (S.P. o conciertos más tradicionales ya ni sabemos cómo llamarlos)


AGOSTO

Sábado 9 de agosto: Biblioteca Nacional - 18.00

Domingo 24 de agosto: Usina del Arte (C.P.) 20.30 



SEPTIEMBRE

6 de septiembre: Morón - 20.30 (marchando un Puchero)
7 de septiembre: Usina del Arte (sin Puchero pero al frente está El Obrero)

12 de septiembre: Casilda (ver entrada en el blog)

27 de septiembre: Martínez


OCTUBRE

17 de octubre: Martínez, Luz y Fuerza. (C.P)